EDUCATION & VALUES

lunes, 4 de julio de 2016

1, 2, 3 Turtles!!!

     Una vez finalizado el campus y con el cansancio aún acumulado en el cuerpo puedo reafirmarme en que el trabajo bien hecho aunque es duro  tiene su recompensa.

Este es el primer Campus femenino de minibasket Marina Ferragut, el primero después de cinco años de experiencias como entrenadora de categorías de formación  y de maestra tras mi retirada. Después de este tiempo me planteo organizarlo sintiéndome en  la obligación de devolver a las niñas que empiezan todo lo que el baloncesto me ha dado. Porque siento que hay tanto que explicar, que mostrar, que motivar, simplemente hay tanto que el baloncesto les puede aportar.

El objetivo es que las jugadoras tengan un Campus de referencia de Minibásket femenino en el que desarrollarse en todos los sentidos y con los mejores recursos posibles. El formato del campus sólo de día permite que las niñas vengan por las mañanas de sus casas con las pilas recargadas para afrontar con energía dos nuevas sesiones de baloncesto, con las mentes despiertas para asimilar nuevos conceptos en las clases de inglés y por supuesto para disfrutar saltando todas y cada una de las olas del mar.

El inglés como lengua principal ha dotado al campus de un ambiente pedagógico y las niñas han aprendido y experimentado con el vocabulario específico del baloncesto.

La visita y las charlas de mujeres deportistas, como la judoka Ana Carrascosa, la futbolista Ivana Andrés, o el jugador de baloncesto Rafa Martínez, han marcado unos referentes en los que observar y entender unas vidas deportivas repletas de vivencias positivas, de esfuerzo y de superación personal para alcanzar metas.


Mi charla también pretendía ser un referente y que ellas conocieran con más profundidad mi faceta de jugadora, dónde entre experiencias y anécdotas les explico también el por qué  de la tortuga del logo:

Cómo en la fábula de “la tortuga y la liebre” les cuento que a los nueve años, aunque era una jugadora muy alta, era una jugadora bastante “floja”, a los once años me echaron de una selección catalana y a los trece un entrenador me dijo que nunca llegaría a hacer nada por mis carentes condiciones físicas. Pero yo, como la tortuga de la fábula, seguí andando constante, sin prisa, trabajando duro, disfrutando y haciendo mi camino hasta convertirme en la jugadora que he sido. Con la inmensa suerte de estar siempre rodeada de los mejores recursos, buenos entrenadores y de una familia que de forma positiva ha estado siempre a mi lado.

Con este bagaje de deportista de élite y de docente tras mi retirada me reafirmo en la idea de que en estas edades aunque sí hay niñas con más o menos talento y con más o menos actitud, no existen las  jugadoras “flojas”,  lo que es flojo en ocasiones son las condiciones de las que éstas se rodean, en un entorno con personas poco preparadas, cansadas, sin paciencia o con prisa. Lo que es flojo son los recursos y los medios que en la mayoría de ocasiones se les presta a los equipos femeninos y a las jugadoras de baloncesto.

Por eso he afrontado este campus con la mayor de las responsabilidades hacia las niñas y hacia sus familias para poder ofrecerles una experiencia positiva y enriquecedora para sus vidas. Para ello he tenido la suerte  de contar con el apoyo de grandes personas y profesionales que han compartido estos días con nosotras y que han hecho que este primer campus sea una experiencia increíble para todos.

Ahora ya sólo toca descansar, asimilar el trabajo realizado y empezar a preparar  el próximo. Ya queda menos!!!!

1,2,3 turtles!!!!