EDUCATION & VALUES

domingo, 2 de noviembre de 2014

Pierdo…luego existo



El otro día, en uno de esos valiosos entrenos con las benjamines de Godella, digo valioso porque tan enriquecedor es para ellas como lo es para mi y como seguro lo es para sus padres que las observan con cariño y afecto y valoran en lo que se están convirtiendo sus niñas. Unas niñas que llevan la ilusión reflejada en sus ojos y para las que el baloncesto es diversión desmesurada.
Una de ellas, se llevó una decepción por haber perdido en uno de los ejercicios, y allí me encontré yo frente a sus ojos llenos de  rabia, de frustración y de impotencia.
En aquel momento me hubiera gustado decirle que la derrota en aquel momento y a sus cortos ocho años es relativa, y que lo más importante no es lo que se pierde sino la forma de hacerlo. Le hubiera dicho que el perder en ocasiones conlleva ganar y que la fortaleza reside en levantarse después de haber caído y de intentarlo cada vez con más ganas. Que ganar, sin embargo puede hacernos perder en la grandeza y hacernos más pequeños, porque hay que saber ganar sin alardes y sin ostentaciones delante del vencido.
Querría enseñarle que la victoria no es un fin, sino un premio añadido que hay que valorar en su justa medida, y no tratarla como un trofeo que necesitamos a toda costa para realizarnos.
También le hubiera dicho que aunque en alguna ocasión pierda algo o no consiga ganarlo, que se esfuerce y trabaje para tener su oportunidad en las cosas y  no deje de soñar por conseguirlas.
En definitiva, que  los ganadores no dejan de serlo cuando pierden y aprenden tanto de la derrota como de la victoria.
Y por fin le diría que yo misma perdí y estoy perdiendo muchas cosas por el camino para ganar otras, porque no hay crecimiento personal sin pérdida, ni vida plena sin cambio.
Sin embargo, en aquel preciso instante, no pude más que mirarla y decirle… no pasa nada, lo más importante es que lo hayas intentado con todas tus fuerzas y, si siques así seguro que la próxima vez lo consigues.

Porque saber sobreponerse a las frustraciones solo se aprende con la experiencia en la derrota y nosotros los entrenadores/educadores  “tan sólo” debemos acompañar en el camino. Para que lleguen a entender  como dice José Luis Borges que "La derrota tiene una dignidad que la victoria no conoce".